sábado, 21 de enero de 2012

VERDADES CALLADAS

Verdades calladas, socialmente correctas, moralmente aceptadas.

Aquí, sentada en el resquicio de mis treinta años, adaptada a un sistema impuesto por las normas sociales, socializada al extremo, exhausta de tanto imperativo de obligaciones, las que en muchas ocasiones abrazo en agrado, aquí me encuentras, siempre presente, siempre ausente,  y como encontrarnos, si estando tan cerca, estamos tan lejos, como es posible ser tan iguales, y ser tan diferentes, y como diseccionar si todo parece igual sin serlo, que complejo es nuestro ser, que fácil el olvido.

Verdades dichas, ojos que acechan, miradas dolientes.

Y en ocasiones es mejor callar que hablar, el silencio no mueve montañas pero aplaca el viento, y que decir, cuando todo está dicho, y cómo lamentar lo interpretado si no te tengo.

Que larga la distancia, que fácil el olvido, amantes de ensueños.

Le grito a la nada, como si no hubiera ocurrido nunca, y quién se levanta ante ofenda ajena, si el propio ajeno eres tú y cúanto dolor causa eso.

Verdades calladas, socialmente correctas, moralmente aceptadas.

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